martes, 28 de septiembre de 2010

Lo barato sale caro

Yo estaba estudiando español hacia unos 6 meses, cuando decidí aprovechar mis vacionaces de verano para viajar a un país de lengua hispánica y mejorar mis estudos. Entonces invité a una amiga mía para acompañarme en este viaje y, después de mucho pensar y hacer una evaluacion de las ventajas y desventajas, elegímos la ciudad de Buenos Aires (AR) como nuestro próximo destino.

Así, preparamos todo para pasar un mes en la ciudad porteña, alquilamos departamento, buscamos consejos de personas conocidas que ya estuvieron allá, elegimos la escuela de español... todo iba bien, sólo por una cosa: a mi novio no le estaba gustando esta historia de que pasaramos un mes alejados. Pero, para mi felicidad, él decidió visitarme en la última semana del viaje.

Los días en Buenos Aires se pasaron muy rapido, siempre conociendo lugares y personas nuevas. Cuando se aproximaba el día en que mi novio iba a llegar, yo estaba muy ansiosa, porque le extrañaba mucho. Mi amiga ya estaba haciendo planes para filmar y sacar fotos de nuestro encuentro romántico después de trés semanas alejados. Y él, como una persona muy precavida, pasó la semana anterior de su llegada, todos los días, recordándome la hora que iba llegar para que no me tardase a buscarlo en aeropuerto ya que él no conocía la ciudad.

Un día antes de su llegada, yo busqué en la internet un colectivo para ir al aeropuerto que quedaba en la ciudad vecina, Ezeiza, pensé que como no estaba con equipaje no necesitaba ir de taxi. Además, la diferencia de precio era muy grande (taxi=120 pesos y colectivo=2 pesos). Mi amiga y yo no pensamos dos veces para decidir que lo mejor era el colectivo.

Mi novio llegaría a las 10h de la mañana, entonces salimos de casa cerca de las 8h y agarramos el colectivo a las 8:20h. Nosotras imaginabamos que si cuando fuimos de Ezeiza hacia Buenos Aires de taxi duró de 30 a 40 minutos el recorrido, por lo tanto de colectivo duraría máximo una hora y media.

Cuando entramos en el colectivo no habia casi nadie, así pensamos que iba a ser tranquilo el camino. El tiempo fue pasando, y nosotras no teniamos ni idea dónde estabamos y, para empeorar, cada veinte minutos el colectivo se quedaba lleno y vacio alternadamente. Yo me fui poniendo nerviosa, yo sentia que aún estabamos muy lejos del aeropuerto. Pensaba que mi novio iba a quedarse con mucha rabia, iba a querer matarme, porque me habia pedido muchas veces que no tardaramos. La película que mi amiga deseaba hacer con el encuentro de nostros no sería más tan romántica, y sí de horror.

Pasada más de dos horas, después del colectivo pasar por toda las dos ciudades, llegamos mi amiga y yo en el aeropuerto, o sea, media hora despúes de la hora del vuelo, pidiendo a Dios para que su vuelo se hubiese retardado. Al llegar, yo fui a comprar caramelos y mi amiga fue preguntar sobre el vuelo en el centro de infomaciones.

¿Se puede imaginar a quién él encontró primero? Por supuesto, a mi amiga. Ella fue a abrazarlo toda contenta, pero él no estaba muy amable y con una cara muy fea solamente dijó: ¿dónde está mi novia? En este momento, él pensó que yo no habia ido y mi amiga había ido sola a buscarlo. Ella entonces le dijó donde estaba yo y él fue a encontrarme. Cuando llegó cerca de mi, seguía con la misma cara mala, y solamente dijó: - Yo te dijé que llegaría a las 10h, sí, ¿pero dónde estabas? Yo estoy acá hace media hora. ¿Estabas durmiendo? Yo te dijé que el vuelo era a las 10h! Yo sabía que no llegarías a la hora!... después de diez minutos solamente peleando sin escuchar mi motivo, sin darme un abrazo, sin darme un beso... él dijó: liberada mi rabia, ahora dime por qué no estabas acá!!!

Así, después de que él comprendió lo que había ocurrido, nosotros volvimos a la ciudad de Buenos Aires, pero esta vez no agarramos otro colectivo y sí un taxi!! Ahora siempre que voy a hacer un trayecto diferente siempre busco saber cuanto tiempo puede demorar.


Isabel-Brasil

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