El invierno pasado Lisa y yo volamos al Calafate para comenzar nuestras vacaciones por el Sur. Durante el viaje el tiempo era barbaro y todos los dias el cielo estaba celeste y, aunque hacia frio, brillaba mucho el sol.
En la primera excursión tuvimos que cambiar la ruta en el barco porque se habían derretido los glaciares y los tempanos habían bloqueado el paso. El capitán del barco decidió viajar por otra ruta y visitamos otro lindo glaciar. El momento culminante fue cuando vimos por primera vez el Perito Moreno – ¡era enorme, era impresionante, era espetacular!
El tercer día volamos a Ushuaia y nos quedamos en un lindo hotel en la calle principal. La primera excursión fue por el Canal de Beagle para ver las focas y visitar el faro mas austral del mundo. El próximo día anduvimos en el tren histórico que había construido por los presos de la cárcel famosa de Ushuaia.
Como dije antes, el clima era fantástico durante el viaje. Sin embargo, la mañana del último día nos levantamos y vimos un desastre. Durante la noche había venido una ola polar enorme que había cubierto completamente toda la ciudad. No había ningún sonido, ni de gente, ni de tráfico, ¡silencio absoluto! Cuando miramos por la ventana no pudimos ver nada excepto blanco, blanco y más blanco. La ciudad de Ushuaia había desaparecido completamente como un gran truco de magia.
Pasaron tres días largos en que chequeabamos si había noticias de los vuelos. Y, el tercer día volvió el sol y, con el, los vuelos ¡gracias a dios! Por eso, después de una demora de tres días largos, por fin, llegamos a Buenos Aires.
Si, hubo una demora pero … ¡fue una demora maravillosa!
Andy
