domingo, 1 de febrero de 2009

EL GAUCHITO GIL



El aire es pesado con tension. El calor de la selva penetrante. Una gota de sudor cae de la cara de un fugitive que está cansado de ser perseguido. Está colgando de sus pies de un árbol espinillo. Su captor está listo para cortar la garganta de este campesino pobre. << ¡Espera! >> le dice el campesino, << style=""> Si me rogás y me pedís salvarlo, él se curará. Pero si no, morirá. >> El policia corta la garganta de este hombre y el resto es historia.

Si has viajado por las rutas en Argentina, habrás visto algunos santuarios con banderas y regalitos rojos para el Gauchito Gil. Antonio Mamerto Gil Nunez nació en el ano 1847, un nino de dos campesinos pobres en el noreste de la republica, y llegó ser parte de la cultura popular argentina. Actualmente, es un santo ‘profano’ que no es reconocido por la iglesia, sino, por un gran parte de la población.

Como la historia cuenta Gauchito Gil, según se dice era devoto de San La Muerte, estaba enamorado de una viuda rica. El jefe de la policía del pueblo no estaba muy feliz cuando se enteró que Gauchito y esa mujer estaban juntos. El jefe le echo la culpa a Antonio de un robo y trató matarlo. Se alistó en el ejercito para escaparse y peleó contra los paraguayos en la guerra de la triple alianza. Los argentinos ganaron y Gauchito Gil fue proclamado un héroe cuando volvió a su pueblo. Por eso, Gauchito Gil fue obligado pelear en la guerra civil de Argentina. Antonio pensaba que esa guerra no tenia sentido y fue inútil, entre hermanos. A raíz de eso, decidió desertar y con una banda de hombres huyó del pueblo a la selva. La banda empezó a ayudar la gente pobre a robar el dinero, la comida y el ganado de los ricos como el famoso y legendario Robin Hood.

Mucho tiempo pasó, pero la policia lo perseguía y finalmente lo atrapó en este episodio bajo del árbol. El policia fue a su pueblo rapidamente y vió que su hijo estaba enfermo. Le rezó a Gauchito para salvarlo y, por suerte, el hijo se curó. El policia estaba agradecido a Antonio, lo dio un entierro decente, lo hizo un santuario y tomó la promesa de decir a todo del mundo el milagro de Gauchito Gil.

Donde historia termina, devoción religiosa empieza.

Hoy en dia, Gauchito Gil es un santo popular de los muchedumbres argentinos y ellos lo festejan el ocho de enero, la fecha de su muerte, cada ano con bailes, canciones, juegos folclóricos y devoción a su sepulcro. Su santuario, cerca del pueblo Mercedes en la provincial de Corrientes, es un lugar lleno de ofrendas votives (cosas tal como remeras, bicicletas, pistolas, cuchillos, fotos, cigarillos, mechones de pelo y vestidos de boda) todos son llevadas por la gente que cree en los Milagros de Gauchito. Mucha gente tiene una estatua de él en su casa o coche, o da regalos o un toque de la bocina a los santuarios que ocupan los costados de las rutas.

Un ejemplo de la devoción a Gauchito y los milagros y el misticismo que lo rodea es lo de Guillermo, una taxista de la ciudad de Buenos Aires. Cuando tenia treinta-dos anos, Guillermo fue al medico con un dolor terrible del estomago. Después muchas pruebas y examenes, el médico tuvo que decirle que Guillermo tenia cáncer de los intestinos. Guillermo pensaba en lo peor y estaba angustiado por perder su vida cuando era tan joven. Su mujer es del Chaco y le dijo sobre los milagros de Gauchito Gil, y lo animó a rogar a un estatua de mármol de un escultor cerca de la casa familiar. Guillermo, con vergüenza y muchas dudas, fue y lo hizo. Prometió a Gauchito que iría al santuario en Misiones al ano siguiente, pero no pensó más en esto. Antes de que el médico le diera tratamiento, revisó los intestinos pero no encontró nada. Más pruebas lo confirmaron, pero el médico no tenia ninguna explicación clínica para lo que había pasado. Hace nueve anos y ahora Guillermo, con buena salud, le da las gracias a Gauchito y cada ano va a Mercedes parar rendirle homenaje.

Obviamente, la devoción a los santos no existe sin sus criticas, y Gauchito Gil no es la excepción. Algunos dicen que realmente es una maldición, y que hay muchos accidentes por la ruta muy cerca de los santuarios de él. Un aviso – si estás manejando el coche y pasás uno de estos santuarios, la historia dice que hay que tocar la bocina, o si no, vas a sufrir demoras o, peor aún, nunca llegará a tu destino. ¡Respetá al Gauchito!

P.D